martes, 19 de junio de 2012

Oculta esas ganas estúpidas de llorar.

Y sonríe, como si fuese el día más feliz de tu vida, y día tras día haz lo mismo hasta que se convierta en una costumbre, hasta que tu mismo te creas tu propia mentira, esa mentira de ser feliz, sin razón alguna, esa mentira de sonreír cuando lo que realmente quieres hacer es gritar, y huir mientras lloras.
Finge si realmente quieres vivir, por que esa es tu debilidad, ese es tu único defecto, el de llorar sin parar, el de pasarlo mal por las cosas que les pasan a los demás.

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