lunes, 28 de enero de 2013

Recuerda que yo siempre estuve ahí.

Estuve ahí cuando reías sin razón, también estuve ahí cuando llorabas por que te habían hecho daño. Estuve ahí demostrándote que te quería como nadie antes te había querido sin recibir nada a cambio, por que tu querías a otra. Estuve ahí en tus días buenos, en los días calurosos de verano, en los partidos que ganabas, en aquellas noches de bares en las que las horas se pasaban volando. Pero también estuve en tus peores días, en los días que llovía, en los días en las que mentías diciendo querer estar solo cuando te picaba a la puerta de casa con una pelicula y unas palomitas dulces, tus favoritas, también estuve los días en los que perdías, en los que te sentías una mierda por cosas que no eran culpa tuya. Estuve ahí siempre siendo tu amiga, queriendo ser el amor de tu vida, y a veces siendo tu única familia. Estuve ahí siempre esperando que me quisieses, estuve ahí siempre... hasta cuando dijiste estar locamente enamorado de la chica rubia, la de la figura de modelo y sonrisa de pelicula, estuve ahí siempre, cuando te casaste con esa chica preciosa a la que con el tiempo yo también empece a querer yo era tu madrina recuerdalo, y para tus hijos siempre fui su "tía" favorita... 
La verdad es que siempre fuiste un chico sociable, inteligente y como no guapo, con ese aire misterioso que dejaba a más de una sin aliento, creo recordar que nunca estuviste más de un día solo y no lo digo por que yo siempre estuve contigo, si no por la gran cantidad de amigos que tenías.
Hasta hoy, diez años después de aquel terrible accidente, diez años después de tu muerte, yo sigo aquí contigo, parece ser que por muchos amigos y familia que tuvieses yo soy la única que año tras año viene por aquí el día de tu cumpleaños, a dedicarte unos minutos, mejor dicho unas horas, te llora un poco y te deja un clavel rojo, de esos que te encantaban, de esos que cada 24 de junio tu me regalabas.

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