viernes, 3 de agosto de 2012

Las cosas más ridículas son las que nos hacían tan especiales.

Puede parecer tonto pero es así, nos queríamos por que hasta la escusa más pequeña era perfecta para estar juntos, una noche de tormenta yo iba a tu lado y te abrazaba fuertemente diciéndote que tenia miedo a los rayos, tu cogías sonrisa y decías que no me pasaría nada mientras estuviese a tu lado, muchas noches tu decías que no podías dormir te echabas delante de mi y me decías que te acariciase el pelo que eso te relajaba, y yo lo hacia con mucho gusto por que aunque puede parecer una tarea aburrida era otra escusa más para pasar más tiempo contigo, antes tú solías decir que no tenías sueño, para que así yo dejase de pensar en tu descanso y pensase en verte por las mañanas algún rato, venías a intentar picarme cada rato por que decías que te gustaba ver mi cara cuando me indignaba, y cuando yo me enfadaba tu venías y me abrazabas y me decías que era una tonta, que todo lo que me habías dicho era broma.
Pero sabes cual era mi escusa favorita? la de por las noches, cuando me iba a la cama y tu me decías te quiero, y yo sonreía hasta que me dolía la cara, por que nuestra escusa era ser felices, pero ser felices juntos.

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