martes, 27 de marzo de 2012

Odiado 27.

Lo fuiste todo para mi desde el principio, desde que nací. Tu fuiste quien me enseño el valor de sonreir, me enseñaste a levantarme y a no tropezar con la misma piedra más de dos veces, me enseñaste a sonreir en las malas y en las buenas, me enseñaste a compartir, a saber vivir.
Me resulta inevitable llorar cada vez que pienso que tu ya no estas, que ya no puedo oir tu risa, que ya no puedo escuchar tus adivinanzas, que ya no tengo tus abrazos.
Me gustaría que estuvieses aqui hoy para ver que ya no soy quien era, que sigo siendo feliz aunque la verdad todo esto es mucho más dificil sin ti.
Si soy hace dos años cuando me dieron la noticia no me la creí o más bien intentaba pensar que las cosas no podían acabar asi.
Hoy dos años más tarde sigo pasandolo mal al no verte junto a mi, aunque ya he madurado y no estoy sola, si no que tengo gente que me apoya.
Es inevitable echarte de menos a ti, es imposible no verte de vez en cuando en mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario